El balón prisionero con dron o el fútbol con visión de 360 grados son dos de los nuevos deportes nacidos en un laboratorio nipón, y concebidos como campo de pruebas para dejar obsoletas las limitaciones del cuerpo humano a través de la tecnología.
Los investigadores de la recién constituida Sociedad japonesa de Deportes para Superhumanos (S3) aspiran a reinventar la forma de practicar deporte, y a convertir espectáculos deportivos clásicos como un partido de tenis en una experiencia multisensorial.
"El deporte siempre ha sido una vía para explorar las limitaciones del cuerpo. Nuestro objetivo ahora es aumentar las capacidades humanas gracias a la tecnología", señala en una entrevista a EFE Masahiko Inami, profesor de la Universidad de Keio (Tokio) y cofundador de S3.
Inami explica el proyecto en uno de los laboratorios de S3, repleto de libros sobre anatomía humana, ordenadores y aparatos como cañones de aire comprimido o cascos de realidad virtual; y donde colaboran ingenieros, atletas, desarrolladores de videojuegos, neurólogos, artistas digitales y técnicos protésicos.
Para cuando Tokio acoja los Juegos Olímpicos de 2020, este equipo multidisciplinar prevé organizar unas "Olimpiadas de Superhumanos" con pruebas a las que se aplicarían insólitos conceptos como la "fuerza aumentada", la "tele-existencia" o la "visión de 360 grados", señaló el científico.
"Queremos crear deportes donde convivan personas y máquinas, nuevas disciplinas adaptadas a la era digital", señala Inami, conocido por ser el inventor de una capa de camuflaje óptico inspirada en el manga de ciencia ficción "Ghost in the Shell".
Su equipo celebrará la primera exhibición de "deportes para superhumanos" el próximo octubre, en el que se podrán ver algunas de las aplicaciones prácticas de las tecnologías que están desarrollando.
Una de ellas son los anteojos con visión periférica, que fueron probados en futbolistas para ofrecerles una perspectiva completa del terreno de juego, así como para mejorar la percepción de jugadores con discapacidad visual.
Otra disciplina en fase experimental fusiona el boxeo y la pelota prisionera (foto), y enfrenta a dos oponentes ataviados con cascos especiales y guantes que controlan un dron con el objetivo de impactar en el oponente.
S3 también desarrolló el sistema "tech-tile" (mezcla de "táctil" y "tecnología" en inglés), que permite trasladar a otra persona lo que siente un jugador de tenis en su mano al golpear la pelota, y que puede probarse actualmente en el Museo Nacional de Ciencia Emergente (Miraikan) de Tokio.
Esta tecnología, unida a dispositivos audiovisuales, se aplicó a robots operados por control remoto para crear un sistema que los científicos nipones llaman "tele-existencia", es decir, la capacidad de ver, oír y sentir a distancia.
Estos aparatos otorgarían "superpoderes" a los humanos y permitirían competir en igualdad de condiciones a personas con limitaciones físicas, señala el investigador.
"Las posibilidades son infinitas, tantas como permita la imaginación", afirma Inami, quien añade que ya recibió numerosas muestras de interés de empresas de sectores de la "tecnología ponible", el equipamiento sanitario, la robótica y el ocio digital.
El referente para S3 es la Fórmula 1, donde convergen la industria y la ciencia con fines competitivos, lo que da lugar a avances tecnológicos "que luego se aplican a la vida cotidiana de mucha gente", señala el investigador.
"Hasta hace poco, los investigadores buscábamos inspiración en la literatura o el cine de ciencia ficción. Ahora la tecnología avanza demasiado rápido, y son los creadores los que acuden a nosotros en busca de ideas", añade.
Antonio Hermosín - EFE.
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