Las aplicaciones para móviles nacieron para hacer todo más fácil desde un teléfono inteligente, pero tardaron en descubrir el potencial que tienen para poner a sus clientas más guapas, negocio creciente que generó en Estados Unidos servicios como Glam Squad, StyleBee, Visada o Lifebooker.
Cada una de ellas intenta responder a una necesidad concreta inspirada, a su vez, en otras aplicaciones de éxito.
Glam Squad, por ejemplo, envía a casa de sus clientas un peluquero, a un maquillador o a un servicio de manicura. Sería una especie de Uber de la belleza, concepto que también explotan StyleBee o Priv, que amplía la oferta con entrenadores personales, clases de yoga o un masaje.
Lifebooker simplemente avisa de las ofertas de última hora para servicios habitualmente carísimos, por lo que fue definida por Harper Bazaar como "el Groupon" del cuidado personal.
Y Visada es como un Instagram al que, en vez de ponerles filtros fotográficos, la "selfie" será mejorada por maquillaje real hasta conseguir el aspecto deseado.
Todo en busca de una nueva mujer que sobrecarga su vida de actividades que amenazan con poner en peligro su coquetería y a un precio más accesible de lo habitual, con servicios desde los 50 dólares aproximadamente.
"En cuanto me hablaron de la idea pensé que sería algo maravilloso para personas como yo. Una mujer trabajadora, tengo niños chiquitos, no tengo tiempo libre, cada minuto de mi vida está casi planeado, y como parte de mi profesión necesito estar presentable para reuniones, eventos o fiestas", dice a EFE la consejera delegada de Glam Squad, Alexandra Wilkis Wilson.
Emprendedores formados en Harvard se esconden detrás de su empresa, que ofrece desde el móvil varios modelos diferentes de peinado, maquillaje y manicura y evita la planificación que requiere reservar un salón de belleza en una gran ciudad.
Ellos vieron el nicho empresarial y, desde septiembre de 2014, ya han dado servicio a 40.000 personas en sus casas, oficinas o habitaciones de hotel y han desplegado su negocio de Nueva York a Miami y a Los Ángeles, donde tienen un horario de 6 de la mañana a 9 de la noche.
El concepto, es "una experiencia muy lujosa, pero en un precio accesible. Es como ser gente famosa, es una experiencia que tienen las 'celebrities' y ahora personas normales pueden vivirla en su casa", dice su consejera delegada.
Esa misma idea, pero desde la asesoría de imagen, tiene Visada otra aplicación en la que basta con mandar "selfie" para que el programa, con una serie de algoritmos, calcule cuál es el "look" más favorecedor para que la siguiente autofoto sea impecable. De hecho, hasta puede ser sometida a votación entre otras usuarias.
"Usamos tecnología de visión informática 'state-of-the-art' para analizar su foto y construir un completo perfil de belleza", aseguran desde esta iniciativa que, por supuesto, sugerirá los productos más adecuados para sacar rentabilidad a los consejos e incluso ofrece los secretos para parecerse a actrices o modelos conocidas.
Este tipo de negocios inspiró a algunas marcas para hacer sus negocios eliminando intermediarios. Así lo han hecho L'Oreal (que ha creado L'Oreal Makeup Genious) o Sephora (Sephora To Go), mientras que algunas personalidades ya conocidas del mundo del estilo montaron su propia aplicación.
Es el caso de la DJ Hannah Bronfman, que creó Beautified como un Lastminute.com centrado en servicios de belleza de último minuto, o la reputada maquilladora Joey Maalouf y la bloguera Cara Santana, que crearon juntas The Glam App.
En este servicio, la clienta puede elegir entre estudiantes, estilistas con entre 2 y 5 años de experiencia o estilistas con más de 5 años de experiencia (y pagar en consecuencia).
La belleza a veces colinda con la salud, de ahí que además de la idea de Priv, que apuesta por la buena forma física, o Misfit Shine, que cuida los hábitos como la alimentación y el sueño, nació como corolario Spruce, que se dedica al buen estado de la piel con un servicio de dermatólogos virtuales.
"La calidad de las cámaras de los teléfonos ha mejorado mucho en los últimos años y los estudios demuestran que se pueden usar fotos para diagnosticar con un nivel de precisión que es comparable al de ir a la consulta en persona", aseguran desde Spruce que, eso sí, exige que sus clientes sean mayores de edad.
Mateo Sancho Cardiel - EFE
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