La aplicación de mensajería instantánea para móviles WhatsApp anunció que empezó a cifrar los mensajes que se envían desde su plataforma, para ofrecer mayor privacidad y seguridad en las comunicaciones de sus usuarios.
El nuevo sistema de encriptación punto a punto está disponible por el momento en la versión para Android, aunque de forma gradual alcanzará otras plataformas, según detalló en un comunicado la organización sin fines de lucro Open Wishper System, a cargo de su implementación.
Los mensajes de chat grupales y el contenido multimedia tampoco se cifran en esta primera versión, aunque se incorporarán en un futuro cercano, según sostuvieron sus creadores.
La tecnología utilizada para este proceso es un software de código abierto llamado "TextSecure", que codifica los mensajes de forma predeterminada, sin necesidad de intervención del usuario.
Se trata de uno de los protocolos de encriptación más seguros que existen y logra disminuir de forma significativa las posibilidades de intercepción de las comunicaciones por parte de terceros, detalló el comunicado.
En ese sentido, un estudio sobre la seguridad en más de 40 sistemas de comunicaciones digitales publicado por la Electronic Frontier Foundation (EFF) a comienzos de noviembre destacó a "TextSecure" entre los seis sistemas de mensajería más seguros.
Open Wishper System detalló que se necesitó medio año para implementar el protocolo de seguridad en una plataforma que utilizan "cientos de millones de usuarios", y deslizó su deseo de que el sistema resulte de inspiración "en un mundo en el que muchas otras empresas se centran en la vigilancia de la vida privada".
"A pesar de que todavía estamos en el comienzo de la implementación, creemos que esto ya representa el mayor despliegue de encriptación en las comunicaciones de extremo a extremo de la historia", informó el anuncio, en referencia a los miles de millones de mensajes que se envían desde WhatsApp.
Esta nueva característica se introdujo en el marco de las denuncias sobre ciberespionaje masivo que pesan sobre el gobierno de los Estados Unidos, en particular sobre la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), a partir de los documentos secretos filtrados por el ex técnico de inteligencia Edward Snowden.
Desde que las revelaciones comenzaron a aparecer en la prensa, en junio de 2013, la encriptación de los mensajes se barajó como las más fuerte de las soluciones para hacer frente a la recopilación masiva de comunicaciones online.
En este sentido se han expresado desde entonces defensores de la privacidad, expertos informáticos y activistas, como el propio Snowden o el fundador de Wikileaks, Julian Assange, quienes afirman que el cifrado de los mensajes constituye la única vía para no ser espiado por las agencias de inteligencia.
En el extremo opuesto se ubican directivos de cuerpos policiales y de investigación de Estados Unidos y Europa, como el director del FBI, James Comey, quien a mediados de octubre criticó la utilización de criptografía por considerarla “con potencial para crear agujeros negros en las leyes del orden”.
Una postura similar ha manifestado el director del Centro Europeo de Ciberdelincuencia (EC3), el holandés Troels Oerting, para quien es crucial que las fuerzas del orden puedan acceder a la información en Internet.
En el último año, varios servicios de comunicaciones online tomaron medidas de protección de los datos de sus usuarios, como Google, que anunció el cifrado de los correos electrónicos de Gmail y la encriptación de las búsquedas realizadas en su buscador.
Por su parte, el CEO de Apple, Tim Cook, adelantó que el sistema operativo de los iPhones vendrá cifrado por defecto, una medida que también implementó la última versión de Android, la 5.0 Lollipop.
En esta línea Google, Facebook, Apple, Twitter y otras seis de las principales compañías de servicios de Internet exigieron ayer al Senado de los Estados Unidos que limite la recolección masiva de datos de usuarios en la web.
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