Desde cómo se pronuncia el apellido de J.M. Coetzee, pasando por la fiebre de las fans de Violetta, hasta preguntas como ¿vieron mi mochila en el pabellón verde?, las redes sociales fueron un termómetro de la vida en la Feria del Libro y brindaron un minuto a minuto de las charlas, matizadas con debates y la participación de sus seguidores.
Hay un dato que no sólo habla de la alta conectividad en el país -según la última encuesta de consumos culturales el 40% de los argentinos tiene un celular inteligente con conexión a Internet- sino también de la actualización permanente y el interés local: La Feria del Libro de Buenos Aires es la feria con más seguidores del mundo en Facebook.
Así lo confirmó a Télam Luciana Weiss, a cargo del área de Comunicaciones de la Fundación El Libro: "Hay 150.000 seguidores. Somos número uno, nos siguen más que a la Feria de Guadalajara o a Frankfurt. Subimos mucha información y todo se replica, hay buena sinergia con la gente, preguntan, contestamos, las 24 horas".
En Facebook, agrega, "hay un promedio de 800 a 1.000 preguntas diarias, nos preguntaron incluso sí habíamos visto una mochila que alguien se olvidó. Hay sugerencias, cruces entre los usuarios. Es dar voz todo el tiempo al que está del otro lado".
Uno de los temas calientes que se suscitaron vía Facebook fue "¿Por qué los libros no salen más baratos en la feria? Eso nos sirvió para explicar que hay una ley del libro y que los sellos tienen que respetar los precios de tapa. Este es un reclamo de la gente y es un tema del sector", dice Weiss.
Y si con Facebook se arman grandes debates, con Twitter todo tiene ritmo televisivo, explota. Ana Prieto, periodista y escritora, es la "tuitera de la feria", quien está detrás de esa condensación de 140 caracteres de casi todo lo que sucede durante esos días en La Rural y que además tiene una voz propia, irónica ydescontracturada.
"La tuitera de la feria son los padres", ironizó Prieto para los casi 30.000 seguidores que durante doce horas se enteran de lo que ocurre en la Feria. "A veces escribía tuit cada dos minutos y otras, uno cada media hora, no hubo un patrón", dice, todo esto sin contar las respuestas a consultas que eran de 10 a 50 por día.
Con las coberturas de eventos, el timeline de @ferialibro adquirió una febril actividad como con los hashtags #ReverteEnLaFeria o #50Mafalda, dos encuentros que tuvieron entre 20 y 30 tuits por hora, con comentarios en vivo de los autores.
"No hay pregunta que quede sin responder. Contestamos desde '¿hay restaurant en la feria?' hasta el precio de un libro, donde pasamos el link a buscadores", cuenta Prieto.
La popularidad en esta red social se mide en retuits o faveados (clickear como favorito) y durante la feria este título se disputó entre Coetzee y Liniers.
"Uno de los éxitos -que tuvo un fin didáctico- fue cuando conseguimos que Coetzee pronunciara su nombre" relata la periodista. Esta pequeña historia comenzó durante el encuentro entre Paul Auster y Coetzee, cuando Prieto escribió un tuit que fue muy festejado.
"Por un problema técnico durante esa charla se generó un ínterin y me dije ¿qué tuiteo ahora? Entonces escribo que estaría bueno que Coetzee dijera su nombre en voz alta así dirimimos de una vez la pronunciación. Y tres días después lo encontramos en la feria, le preguntamos e hicimos un video para las redes".
Lo del premio Nobel sudafricano fue un hallazgo comunicativo, en cambio, entre las charlas más seguidas de la feria, el Top One fue la que versó alrededor del creador de Mafalda.
"Cuando Quino estuvo con Liniers, Feinmann y Sasturain por los 50 años de Mafalda, Twitter explotó y la frase de Liniers 'Los libros de Quino no te vuelven más cultos, pero sí mejor persona' fue una de las faveadas de toda la feria. Es llevarle ese instante a la gente", destaca Weiss.
Verdadero vértigo hubo en la cuenta @ferialibro cuando se aproximaba la visita de Violetta (Martina Stoessel) y las fans preguntaban todo, se disparó el rumor de que venía a presentar su libro 'Simplemente Tini' pero era un evento privado y pusimos en mayúsculas 'Es con invitación' aunque insistieron todo el día con cientos de tuits y vinieron igual a la feria", dice Ana.
Además de lidiar con fanáticas, hubo propuestas muy convocantes como el concurso de microficción en 140 caracteres donde el tema era libre, pero había que incluir la palabra o la cifra 40. Según Weiss, se duplicó la cantidad de participantes en relación a 2013 y hubo alrededor de mil mini cuentos.
El ganador fue @diegomg81 que escribió desde España: "Phileas Fogg aseguró que hubiera dado la vuelta al mundo en cuarenta dí¡as si no le hubiera retrasado Jules Verne".
Otras iniciativas fueron el concurso de fotografía en Facebook "Tu feria, tu foto", con instantáneas que sacaba la gente y se subían al Facebook, y la posibilidad de enviar una selfie con un libro de autor mexicano cuando se supo que México será la ciudad invitada a la feria en 2015.
"Tirás estas consignas y a los dos minutos del otro lado hay reacción", analiza la coordinadora. "Da cierto vértigo la cantidad de gente, por ejemplo, cuando hay un error de tipeo en Twitter, es lo primero que salta", añade.
Sin embargo, cuando la cuenta @ferialibro llegó al tuit número 10.000 publicaron"(…) diremos algo importante. Si no están disfrutando un libro, déjenlo. Amen lo que lean, que la vida es corta". Y ese fue justamente el mensaje más retuiteado, faveado y festejado.
Coetzee, Auster, Quino, Liniers, México, Reverte y las seguidoras de Violetta convivieron estos días en la virtualidad ferial que confirma, una vez más, que el mundo digital ya está configurado como otra forma de lectura.
por Leticia Pogoriles / Télam.
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